sábado, 3 de abril de 2010

Mapa de las mujeres en Argentina

En Página/K siguen quedando algunos bolsones de periodismo comprometido con la militancia social, y esto se ve en algunos suplementos. Esta vez es el suplemente Las 12, que se ocupa de cuestiones de género e infancia.

En el suplemento del 26/3 han sacado un estudio estadístico sobre la situación económica, familiar, sexual, reproductiva y laboral de la mujer.

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martes, 16 de marzo de 2010

¿Para quién escribe usted?

El texto completo está en http://www.colectivonph.com.ar/materialdecoyuntura/241106.htm.

Básicamente se trata de cómo influyen en nuestro pensamiento, y especialmente cuando estamos bajo la ilusión -o más bien autoengaño- de que éste es "neutral", los intereses sociales particulares que existen en esta sociedad de lucha entre clases y lucha entre partidos dentro de cada clase.

Cuanto más pretendemos hablar desde una imparcialidad a rajatabla, más influyen de manera inconsciente en nuestro pensamiento las ideas de los sectores socialmente hegemónicos (que son quienes tienen más recursos para su difusión). Esto se da en el ambiente periodístico, el historiográfico, y el científico.

¿Para quién escribe usted? va dirigido a sacudir la ilusión de neutralidad y de evaluar críticamente cada idea, especialmente las que conforman el sentido común, preguntándose "¿a quién beneficia inmediatamente?".

viernes, 26 de febrero de 2010

Andalgalá

Las fuerzas represivas acaban de actuar hace unos días como perros de las corporaciones capitalistas que son. En un pueblo catamarqueño llamado Andalgalá, una compañía minera extranjera, con el aval del gobierno "nacional y popular", "de izquierda", "progresista", etc., quiere hacer minería a cielo abierto, con el riesgo que eso implica para la población.

Obviamente, los gobiernos provincial y municipal, como lo hicieron en Esquel, se ponen del lado de la minera. Sería ocioso detallar el carácter brutal de la represión que sufrieron l@s vecin@s que estaban protegiendo su medio ambiente de parte de guardia de infantería, policía local, y grupos especiales. Para eso están, como fuerza de choque contra el pueblo trabajador que se moviliza por sus intereses, no para otra cosa.

La última información sobre Andalgalá puede encontrarse aquí:
http://argentina.indymedia.org/features/medioambiente/

Y en este link, un análisis de coyuntura sobre varias luchas de varios pueblos en nuestro país contra las empresas contaminantes y el Estado cómplice.
http://argentina.indymedia.org/news/2010/02/718552.php

martes, 16 de febrero de 2010

Sobre el amor y los dolores del alma..

Dejo este escrito que alguien me regalo que cae en un unmomento justo y me resulto conmovedor..

"Creer o no creer ha dejado de ser el gran dilema...
Hay lo que hay. Nos esculpen los hechos.
Somos circunstantes en circunstancias no siempre elegidas y los congéneres son los que son (todos somos lo que somos)...
No hay nadie que esté a salvo de la herida del otro...
Tras las esquinas se esconden asaltantes y bajo nuestras sábanas...
también han desfilado algunos traidores... Con todos los reveses en lugar de encerrarnos en el castillo y fundir la llave para no volver a salir nunca más seguimos abriendo las puertas que nos ponen en contacto con bellezas y placeres, con ideas y descubrimientos, volvemos a creer en miradas y sonrisas y nos dejamos seducir por amantes potenciales....
Eso nos lleva a la paradójica tesitura de que para ser hay que apostar por algo que pasa por alguien, apostar es creer y siempre queda alguien...
salido de la vaporosidad y la fantasíada, en quien hacerlo..."

Y dejo a esta mujer hermosa cantando frases llenas de amor..

Ver video

lunes, 15 de febrero de 2010

Hij@s únic@s

Con mi pareja tenemos ganas de tener un/a hij@. Solo un@.
Los motivos por los cuales no queremos tener más son diversos, van desde lograr un equilibrio entre abocarnos por completo y conservar nuestra autonomía, hasta nuestras creencias personales de poder brindarle mucho a un ser y no poco a varios, pasando por lo económico.

Con el correr del tiempo, desde que charlamos por primera vez el tema hasta el día de hoy, se me presentaron numerosos interrogantes. Lo que más me molestó fue que hay una serie de mitos (y verdades) alrededor de lo que es ser hij@ únic@, que en parte puede que sean ciertos, pero por otra parte pueden llegar a ser solo eso, mitos, que circulen para garantizar más nacimientos, o desde la ignorancia porque "la norma" es tener vari@s.

Este tema está dedicado a todas aquellas personas que desean ser mpadres, y a quienes ya lo son, quieran tener un@ o vari@s hij@s.

¿Es verdad que una persona por el sólo hecho de no tener herman@s pueda llegar a convertirse en alguien egoísta? ¿A caso no puede resolverse de algún modo? ¿Y qué hay de la sobreprotección, de qué forma puede evitarse?

Encontré un texto de www.bebescr.com que escribió Lídia Ametller Martínez (Una licenciada en psicología) donde habla del tema, y del cual voy a copiar algunas partes:

(...) La educación de un solo hijo, como la educación de dos hermanos o de una familia numerosa, tiene sus pros y sus contras, sus riesgos y sus ventajas. Lo único que necesitamos es un poco de información para saber cómo actuar ante determinadas situaciones, aprender a controlar algunos comportamientos y conocer aquellas virtudes que sería bueno potenciar.

La evolución del hijo único, como la de cualquier otro niño, depende, en su mayor parte, de la educación que le demos nosotros, los padres. Un hijo único, por el mero hecho de no tener hermanos, no está condenado a desarrollar ningún tipo especial de comportamientos. Quizás deberíamos decir que son los padres los que deben vigilar que algunas reacciones normales no se exageren por el hecho de tener sólo un hijo, y de esa manera evitar esas actitudes tópicas que, erróneamente, se han asociado al hijo único.

El principal riesgo que tienen los padres de un hijo único es caer en el exceso de atención. Pero cuidado. No estamos hablando de ese tipo de atención que proporciona al niño seguridad, estabilidad, confianza en sí mismo, autoestima y capacidad para desarrollarse correctamente. Estamos hablando de ese exceso de atención que va ligada al miedo por parte de los padres a que a su hijo le suceda algo malo, de esa atención que puede transformase rápidamente en una actitud sobreprotectora.

A continuación te señalamos algunas situaciones en las que debes poner atención y algunos comportamientos que deberías evitar y/o vigilar y sus posibles alternativas.

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Demasiada atención puede desencadenar en una preocupación excesiva y en un miedo exagerado a que al niño le pase algo. Debemos aprender a controlar el exceso de temor ya que podríamos transmitir ese miedo a nuestro hijo y no dejarle disfrutar de algunas actividades que podría vivir muy satisfactoriamente: irse de campamento, practicar deportes de aventura, etc. Ante este temor, intenta pensar en cosas positivas y delante de tu hijo evita repetir frases como "ve con cuidado", "vigila no te hagas daño", "no, que es peligroso". No evitaremos que realice aquellas actividades que podría hacer, sólo porque a nosotros nos dé miedo.

* La posibilidad de que el niño sea engreído, egocéntrico o consentido depende, en gran parte, de cómo nos dirijamos a él y cómo alabemos sus éxitos. Intentaremos no valorarlo de forma indiscriminada o gratuita, evitando frases como "eres el mejor", "eres el más guapo" "eres el más inteligente", sustituyéndolas por frases más realistas como: "¡Muy bien! Me ha gustado mucho el gol que has metido", "te felicito por la nota que has sacado en el examen de matemáticas" o "tienes unos ojos preciosos".
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Al no vivir en la casa con otros niños de su edad, es muy posible que madure antes y desarrolle antes las habilidades adultas. Esto puede ser muy positivo, pero no debemos olvidar que se trata de un niño y que necesita compartir tiempo y espacio con otros niños de su edad. Para facilitarle el contacto con otros niños, podemos llevarle a la guardería cuanto antes, permitir que vaya a casa de sus amigos o que ellos vengan a nuestra casa a jugar, apuntarlo a excursiones, campamentos, deportes de equipo, etc.
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Nuestro hijo, al no experimentar los roces y peleas típicas entre los hermanos (peleas por competencia, conflictos por no querer compartir, discusiones por disputarse la atención de los padres...), puede tener más dificultad para madurar emocionalmente. Esta situación se puede agravar si sobreprotegemos a nuestro hijo e intentamos evitar que "sufra", por ejemplo, defendiéndole inmediatamente cuando empieza a pelearse con otro niño. Por eso es muy importante que nuestro hijo entre en contacto con niños de su edad y nos sepamos mantener al margen. De esta manera aprenderá a relacionarse, compartir, competir y experimentar peleas y discusiones propias de la edad.
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Es posible que las separaciones entre padres e hijo sean más difíciles por ambas partes (cuando nuestro hijo comienza la escuela, la independencia propia de la adolescencia, etc.) Podemos favorecer, desde que nuestro hijo es pequeño, momentos de separación entre nosotros, por ejemplo: que se quede a dormir en casa de un amigo, apuntarlo a un campamento de verano, llevarlo a la guardería (primero pocas horas e ir aumentando el tiempo paulatinamente), etc.



Para leer el texto completo, se puede ir acá

martes, 9 de febrero de 2010

Dónde está nuestra historia

Cuando viví fuera del país me dí cuenta de la importancia que tiene para cada uno, no sólo las personas que nos rodean, sino el escenario en donde se desarrolla nuestra vida. Ese escenario con formas, colores y olores que hacen el hábito cotidiano, que parecen escucharnos y captar nuestros sentimientos en silencio. Amamos estos seres inanimados, porque son los espectadores de nuestra vida y forman parte de una historia que parece desdibujarse cuando los tenemos lejos.

En uno de esos momentos en que, estando en Barcelona añoraba mi húmeda Buenos Aires, mi profesor de catalán trajo este artículo a la clase. Lo paso en catalán y la traducción en castellano:

ADÉU A LA CASA

La vida es el record de tots els llocs on hem viscut

Deixar-los sempre ens provoca un estrany dolor transhumant

En algun moment de la vida s´ha de deixar la casa. La vida és el record de totes las cases on hem viscut. Deixar la casa és tornar a un cert buit transhumant. Ens agradaria sentir aquell moment en què es tanca per última vegada la porta com si allà hi deixéssim una tomba egípcia improfanada i al carrer ens espera aquell hàlit adolescent en el qual una bicicleta sembla una moto i una cabanya sembla un palau.

Si no hi ha més contratemps dels deguts sempre deixem una casa per millorar. Però a l´hora de prendre la decisió, el passat ens sembla millor que el futur, potser perquè el passat és ple de nosaltres i el futur només és una promesa. Anem a casa del notari a vendre i allà hi veiem per primera vegada la cara del que ocuparan els nostres records. ¿Tindran el mateix tacte que nosaltres? ¿Seran sorollosos o discrets? ¿Regaran les plantes de la terrasa o l´ompliran de fum de barbacoa? Nosaltres ens en anem i ells arriben. Hauriem d´advertir-los dels petits secrets de la casa que tant hem estimat. Ara ens adonaem de la importancia de les esquerdes del sostre, aquelles que de vegades semblaven una serp, o un ogre, o un conillet espantat. Comencem a trobar a faltar la pintura vella i els esvorancs de la humitat, perquè eren el reflex del pas dels dies. La casa nova on anem està pintada d´incertesa i encara no té la nostra ombra.

Quan el temps fa resum, tendim a la indulgencia. Aquella indulgencia que ens porta a amnistiar la rajola que es belluda, el Generalife de la cisterna del lavabo o la remor de les baralles dels veïns. Mirem enrere i viem que la sala d´estar ja no té res del que ens convidava a estar-hi. De l´habitació conjugal han caigut els cuadres i, en lloc seu, hi ha aparegut rectangles de llum i de misteri. A sota el llit hi aparéix un terra net i pulquèrrim; ès el rastre de tot l´amor que hi hem fet i de tots els sommis que s´hi ha celebrat.

Mai no som tan possessius amb les nostres coses com quan hem de carregar-les i ajudar-les a reinéixer en una altra casa. Només ara, quan estem creant buit, ens adonem de tot el que realment ens sobra.

La mandra de l´esforç del cargol.

La pressa perqué tot s´acabi d´una vegada i la nova casa comencé a penetrar pels sentits.

La sensació de pillatge. El dolor de ser infidels a un espai que ens ha acompanyat durant tant de temps.

I en el fons de tota mudanza un misteri: ¿com és que sempre es perden tantes coses en una mudanza?

Joan Barril, B y N Dominical, El Periódico de Catalunya (juny de 2001)

ADIÓS A LA CASA

La vida es el recuerdo de todos los lugares dónde hemos vivido.

Dejarlos siempre nos provoca un extraño dolor transhumano

En algún momento de la vida se debe dejar la casa. La vida es el recuerdo de todas las casas dónde hemos estado. Dejar la casa es volver a un cierto vacío transhumano. Nos gustaría sentir aquel momento en qué se cierra por última vez la puerta como si allá dejáramos una tumba egipcia no profanada y a la calle nos espera aquel hálito adolescente en el cual una bicicleta parece una moto y una cabaña parece un palacio.

Si no hay más percance de los debidos siempre dejamos una casa por mejorar. Pero a la hora de tomar la decisión, el pasado nos parece mejor que el futuro, quizás porque el pasado está lleno de nosotros y el futuro sólo es una promesa. Vamos a casa del notario a vender y allá vemos por primera vez la cara de los que ocuparán nuestros recuerdos. ¿Tendrán el mismo tacto que nosotros? ¿Serán ruidosos o discretos? ¿Regarán las plantas de la terraza o la llenarán de humo de asado? Nosotros nos vamos y ellos llegan. Deberíamos de advertirles de los pequeños secretos de la casa que tanto hemos querido. Ahora nos damos cuenta de la importancia de las grietas del techo, aquellas que a veces parecían una serpiente, o un ogro, o un conejito asustado. Empezamos a echar de menos la pintura vieja y las manchas de la humedad, porque eran el reflejo del paso de los días. La casa nueva dónde vamos está pintada de incertidumbre y todavía no tiene nuestra sombra.

Cuando se resume el tiempo, tendemos al perdón. Aquella indulgencia que nos trae a perdonar la baldosa que se pone peluda, el General de la cisterna del lavabo o el rumor de las peleas de los vecinos. Miramos atrás y vemos que la sala de estar ya no tiene nada del que nos invitaba a permanecer allí. De la habitación conyugal han caído los cuadros y, en lugar suyo, ha aparecido rectángulos de luz y de misterio. Debajo la cama aparece un piso limpio y muy pulcro; es el rastro de todo el amor que hemos hecho y de todos los sueños que se han celebrado. Nunca somos tan posesivos con nuestras cosas como cuando debemos cargarlas y ayudarlas a renacer en otra casa. Sólo ahora, cuando estamos creando vacío, nos damos cuenta de todo el que realmente nos sobra.

La pereza del esfuerzo del caracol.

La prisa porque todo se acabe de una vez y la nueva casa comience a penetrar por los sentidos.

La sensación de sorprender. El dolor de ser infieles a un espacio que nos ha acompañado durante tanto de tiempo.

Y en el fondo de todo traslado un misterio: ¿cómo es que siempre se pierden tantas cosas en una mudanza?

Se lo dedico a todos aquellos que tienen parte de su historia anclada en un lugar lejano.

Fiona

jueves, 28 de enero de 2010

Los pecados de Haití - por Eduardo Galeano

La democracia haitiana nació hace un ratito. En su breve tiempo de vida, esta criatura hambrienta y enferma no ha recibido más que bofetadas. Estaba recién nacida, en los días de fiesta de 1991, cuando fue asesinada por el cuartelazo del general Raoul Cedras. Tres años más tarde, resucitó. Después de haber puesto y sacado a tantos dictadores militares, Estados Unidos sacó y puso al presidente Jean-Bertrand Aristide, que había sido el primer gobernante electo por voto popular en toda la historia de Haití y que había tenido la loca ocurrencia de querer un país menos injusto.

El voto y el veto


Para borrar las huellas de la participación estadounidense en la dictadura carnicera del general Cedras, los infantes de marina se llevaron 160 mil páginas de los archivos secretos. Aristide regresó encadenado. Le dieron permiso para recuperar el gobierno, pero le prohibieron el poder. Su sucesor, René Préval, obtuvo casi el 90 por ciento de los votos, pero más poder que Préval tiene cualquier mandón de cuarta categoría del Fondo Monetario o del Banco Mundial, aunque el pueblo haitiano no lo haya elegido ni con un voto siquiera. Más que el voto, puede el veto. Veto a las reformas: cada vez que Préval, o alguno de sus ministros, pide créditos internacionales para dar pan a los hambrientos, letras a los analfabetos o tierra a los campesinos, no recibe respuesta, o le contestan ordenándole: -Recite la lección.

Y como el gobierno haitiano no termina de aprender que hay que desmantelar los pocos servicios públicos que quedan, últimos pobres amparos para uno de los pueblos más desamparados del mundo, los profesores dan por perdido el examen.

La coartada demográfica


A fines del año pasado cuatro diputados alemanes visitaron Haití. No bien llegaron, la miseria del pueblo les golpeó los ojos. Entonces el embajador de Alemania les explicó, en Port-au-Prince, cuál es el problema:

-Este es un país superpoblado -dijo-. La mujer haitiana siempre quiere, y el hombre haitiano siempre puede.

Y se rió. Los diputados callaron. Esa noche, uno de ellos, Winfried Wolf, consultó las cifras. Y comprobó que Haití es, con El Salvador, el país más superpoblado de las Américas, pero está tan superpoblado como Alemania: tiene casi la misma cantidad de habitantes por quilómetro cuadrado.

En sus días en Haití, el diputado Wolf no sólo fue golpeado por la miseria: también fue deslumbrado por la capacidad de belleza de los pintores populares. Y llegó a la conclusión de que Haití está superpoblado... de artistas.

En realidad, la coartada demográfica es más o menos reciente. Hasta hace algunos años, las potencias occidentales hablaban más claro.

La tradición racista


Estados Unidos invadió Haití en 1915 y gobernó el país hasta 1934. Se retiró cuando logró sus dos objetivos: cobrar las deudas del City Bank y derogar el artículo constitucional que prohibía vender plantaciones a los extranjeros. Entonces Robert Lansing, secretario de Estado, justificó la larga y feroz ocupación militar explicando que la raza negra es incapaz de gobernarse a sí misma, que tiene "una tendencia inherente a la vida salvaje y una incapacidad física de civilización". Uno de los responsables de la invasión, William Philips, había incubado tiempo antes la sagaz idea: "Este es un pueblo inferior, incapaz de conservar la civilización que habían dejado los franceses".

Haití había sido la perla de la corona, la colonia más rica de Francia: una gran plantación de azúcar, con mano de obra esclava. En El espíritu de las leyes, Montesquieu lo había explicado sin pelos en la lengua: "El azúcar sería demasiado caro si no trabajaran los esclavos en su producción. Dichos esclavos son negros desde los pies hasta la cabeza y tienen la nariz tan aplastada que es casi imposible tenerles lástima. Resulta impensable que Dios, que es un ser muy sabio, haya puesto un alma, y sobre todo un alma buena, en un cuerpo enteramente negro".

En cambio, Dios había puesto un látigo en la mano del mayoral. Los esclavos no se distinguían por su voluntad de trabajo. Los negros eran esclavos por naturaleza y vagos también por naturaleza, y la naturaleza, cómplice del orden social, era obra de Dios: el esclavo debía servir al amo y el amo debía castigar al esclavo, que no mostraba el menor entusiasmo a la hora de cumplir con el designio divino. Karl von Linneo, contemporáneo de Montesquieu, había retratado al negro con precisión científica: "Vagabundo, perezoso, negligente, indolente y de costumbres disolutas". Más generosamente, otro contemporáneo, David Hume, había comprobado que el negro "puede desarrollar ciertas habilidades humanas, como el loro que habla algunas palabras".

La humillación imperdonable


En 1803 los negros de Haití propinaron tremenda paliza a las tropas de Napoleón Bonaparte, y Europa no perdonó jamás esta humillación infligida a la raza blanca. Haití fue el primer país libre de las Américas. Estados Unidos había conquistado antes su independencia, pero tenía medio millón de esclavos trabajando en las plantaciones de algodón y de tabaco. Jefferson, que era dueño de esclavos, decía que todos los hombres son iguales, pero también decía que los negros han sido, son y serán inferiores.

La bandera de los libres se alzó sobre las ruinas. La tierra haitiana había sido devastada por el monocultivo del azúcar y arrasada por las calamidades de la guerra contra Francia, y una tercera parte de la población había caído en el combate. Entonces empezó el bloqueo. La nación recién nacida fue condenada a la soledad. Nadie le compraba, nadie le vendía, nadie la reconocía.

El delito de la dignidad


Ni siquiera Simón Bolívar, que tan valiente supo ser, tuvo el coraje de firmar el reconocimiento diplomático del país negro. Bolívar había podido reiniciar su lucha por la independencia americana, cuando ya España lo había derrotado, gracias al apoyo de Haití. El gobierno haitiano le había entregado siete naves y muchas armas y soldados, con la única condición de que Bolívar liberara a los esclavos, una idea que al Libertador no se le había ocurrido. Bolívar cumplió con este compromiso, pero después de su victoria, cuando ya gobernaba la Gran Colombia, dio la espalda al país que lo había salvado. Y cuando convocó a las naciones americanas a la reunión de Panamá, no invitó a Haití pero invitó a Inglaterra.stados Unidos reconoció a Haití recién sesenta años después del fin de la guerra de independencia, mientras Etienne Serres, un genio francés de la anatomía, descubría en París que los negros son primitivos porque tienen poca distancia entre el ombligo y el pene. Para entonces, Haití ya estaba en manos de carniceras dictaduras militares, que destinaban los famélicos recursos del país al pago de la deuda francesa: Europa había impuesto a Haití la obligación de pagar a Francia una indemnización gigantesca, a modo de perdón por haber cometido el delito de la dignidad.

La historia del acoso contra Haití, que en nuestros días tiene dimensiones de tragedia, es también una historia del racismo en la civilización occidental.


(c) EDUARDO GALEANO