lunes, 15 de febrero de 2010

Hij@s únic@s

Con mi pareja tenemos ganas de tener un/a hij@. Solo un@.
Los motivos por los cuales no queremos tener más son diversos, van desde lograr un equilibrio entre abocarnos por completo y conservar nuestra autonomía, hasta nuestras creencias personales de poder brindarle mucho a un ser y no poco a varios, pasando por lo económico.

Con el correr del tiempo, desde que charlamos por primera vez el tema hasta el día de hoy, se me presentaron numerosos interrogantes. Lo que más me molestó fue que hay una serie de mitos (y verdades) alrededor de lo que es ser hij@ únic@, que en parte puede que sean ciertos, pero por otra parte pueden llegar a ser solo eso, mitos, que circulen para garantizar más nacimientos, o desde la ignorancia porque "la norma" es tener vari@s.

Este tema está dedicado a todas aquellas personas que desean ser mpadres, y a quienes ya lo son, quieran tener un@ o vari@s hij@s.

¿Es verdad que una persona por el sólo hecho de no tener herman@s pueda llegar a convertirse en alguien egoísta? ¿A caso no puede resolverse de algún modo? ¿Y qué hay de la sobreprotección, de qué forma puede evitarse?

Encontré un texto de www.bebescr.com que escribió Lídia Ametller Martínez (Una licenciada en psicología) donde habla del tema, y del cual voy a copiar algunas partes:

(...) La educación de un solo hijo, como la educación de dos hermanos o de una familia numerosa, tiene sus pros y sus contras, sus riesgos y sus ventajas. Lo único que necesitamos es un poco de información para saber cómo actuar ante determinadas situaciones, aprender a controlar algunos comportamientos y conocer aquellas virtudes que sería bueno potenciar.

La evolución del hijo único, como la de cualquier otro niño, depende, en su mayor parte, de la educación que le demos nosotros, los padres. Un hijo único, por el mero hecho de no tener hermanos, no está condenado a desarrollar ningún tipo especial de comportamientos. Quizás deberíamos decir que son los padres los que deben vigilar que algunas reacciones normales no se exageren por el hecho de tener sólo un hijo, y de esa manera evitar esas actitudes tópicas que, erróneamente, se han asociado al hijo único.

El principal riesgo que tienen los padres de un hijo único es caer en el exceso de atención. Pero cuidado. No estamos hablando de ese tipo de atención que proporciona al niño seguridad, estabilidad, confianza en sí mismo, autoestima y capacidad para desarrollarse correctamente. Estamos hablando de ese exceso de atención que va ligada al miedo por parte de los padres a que a su hijo le suceda algo malo, de esa atención que puede transformase rápidamente en una actitud sobreprotectora.

A continuación te señalamos algunas situaciones en las que debes poner atención y algunos comportamientos que deberías evitar y/o vigilar y sus posibles alternativas.

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Demasiada atención puede desencadenar en una preocupación excesiva y en un miedo exagerado a que al niño le pase algo. Debemos aprender a controlar el exceso de temor ya que podríamos transmitir ese miedo a nuestro hijo y no dejarle disfrutar de algunas actividades que podría vivir muy satisfactoriamente: irse de campamento, practicar deportes de aventura, etc. Ante este temor, intenta pensar en cosas positivas y delante de tu hijo evita repetir frases como "ve con cuidado", "vigila no te hagas daño", "no, que es peligroso". No evitaremos que realice aquellas actividades que podría hacer, sólo porque a nosotros nos dé miedo.

* La posibilidad de que el niño sea engreído, egocéntrico o consentido depende, en gran parte, de cómo nos dirijamos a él y cómo alabemos sus éxitos. Intentaremos no valorarlo de forma indiscriminada o gratuita, evitando frases como "eres el mejor", "eres el más guapo" "eres el más inteligente", sustituyéndolas por frases más realistas como: "¡Muy bien! Me ha gustado mucho el gol que has metido", "te felicito por la nota que has sacado en el examen de matemáticas" o "tienes unos ojos preciosos".
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Al no vivir en la casa con otros niños de su edad, es muy posible que madure antes y desarrolle antes las habilidades adultas. Esto puede ser muy positivo, pero no debemos olvidar que se trata de un niño y que necesita compartir tiempo y espacio con otros niños de su edad. Para facilitarle el contacto con otros niños, podemos llevarle a la guardería cuanto antes, permitir que vaya a casa de sus amigos o que ellos vengan a nuestra casa a jugar, apuntarlo a excursiones, campamentos, deportes de equipo, etc.
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Nuestro hijo, al no experimentar los roces y peleas típicas entre los hermanos (peleas por competencia, conflictos por no querer compartir, discusiones por disputarse la atención de los padres...), puede tener más dificultad para madurar emocionalmente. Esta situación se puede agravar si sobreprotegemos a nuestro hijo e intentamos evitar que "sufra", por ejemplo, defendiéndole inmediatamente cuando empieza a pelearse con otro niño. Por eso es muy importante que nuestro hijo entre en contacto con niños de su edad y nos sepamos mantener al margen. De esta manera aprenderá a relacionarse, compartir, competir y experimentar peleas y discusiones propias de la edad.
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Es posible que las separaciones entre padres e hijo sean más difíciles por ambas partes (cuando nuestro hijo comienza la escuela, la independencia propia de la adolescencia, etc.) Podemos favorecer, desde que nuestro hijo es pequeño, momentos de separación entre nosotros, por ejemplo: que se quede a dormir en casa de un amigo, apuntarlo a un campamento de verano, llevarlo a la guardería (primero pocas horas e ir aumentando el tiempo paulatinamente), etc.



Para leer el texto completo, se puede ir acá

4 comentarios:

  1. Muy interesante el tema. Con mi esposa tenemos pensado por lo menos tener un hij@ más. Por un lado, queremos la experiencia de un varón, y por el otro para que la casa tenga un integrante más.

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  2. Gracias, R Fuego. Cada quien tiene el derecho a tener cuantxs hijxs desee. El problema es que a veces escucho casos donde ya tenían un hijx y no querían tener mas, pero volvieron a tener porque sintieron la presión del mito de que iba a salir caprichosx y retraídx, y eso parece más que nada una obligación y no un deseo. =(

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  3. Sí, eso es una pena. Lo que yo veo por acá es falta de planificación familiar. Al primer bebé se lo busca, los que vienen después vienen porque la mujer quedó embarazada...

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  4. Yo deseaba tener muchos hijos, pero en realidad sabía o creía que más de dos no podría cuidar. La tercera vino de sorpresa, y un embarazo que perdí también. La fertilidad de la pareja a veces cambia luego del primer hijo, y con eso hay que tener cuidado.
    Siempre es mejor hacer lo que desean los dos.
    Yo pensaba también en que cuando mis hijos fueran grandes podría adoptar algún chico, pero creo que cuando los míos se idependicen me van a dejar los nietos para cuidar.
    Es una tarea a largo plazo la de ser padres, y eso también hay que evaluarlo.

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